miércoles, 20 de mayo de 2020

El Arte Real: El Círculo




De entre los símbolos fundamentales comunes a todos los pueblos es sin duda el círculo el más generalizado y el que aparece más frecuentemente en todas las manifestaciones humanas conocidas. Esto se debe, en efecto, a la misma naturaleza de lo que la forma circular significa.

Ya que todo en la vida y en el mundo tiende a realizar este movimiento, presente tanto en las expresiones naturales como en las humanas. De hecho una recta, o sucesión de puntos, que progrede indefinidamente, describe un movimiento circular, que la curvatura del espacio haría regresar a su punto de origen. 

En forma de círculos se expanden las radiaciones de energía, y esos remolinos o espirales conforman las estructuras de cielo y tierra, como bien puede observarse en lo sideral y en lo molecular. 

El círculo, junto con sus símbolos asociados, es pues una de las imágenes básicas del conocimiento simbólico y volveremos una y otra vez sobre el tema.  

Puede advertirse en la figura precedente que no hay circunferencia sin un punto interior que la genere pues ella extrae su forma, así la tracemos con compás o cordel, de un centro existente previamente. Conjuntamente, circunferencia y centro conforman la circularidad. 

El centro generalmente es invisible, o tácito, o se halla otras veces específicamente señalado como elemento constitutivo. Este punto original es el que emana su energía a todos los puntos de la circunferencia, que son un reflejo de su potencialidad en un plano definido y limitado. 

Esas emanaciones son representadas como irradiaciones del centro y formas de conexión entre éste y la periferia. 

Para conocer un poco más sobre este tema les comparto el siguiente vídeo:



jueves, 14 de mayo de 2020

El Arte Real: Aritmosofía






Los números poseen una realidad mágico teúrgica, que los hombres de nuestros días hemos olvidado, y que trataremos de recuperar. 

Estos son módulos armónicos y medidas que relacionan al microcosmos, con el macrocosmos, y responden a vibraciones secretas, que encuentran sus correspondencias en todas las cosas. Desde los acontecimientos mundiales, a los sucesos locales e individuales, los que forman parte de la armonía universal, que se expresa también a través de números y medidas, semejando una gran sinfonía. De allí la conexión con la música, y particularmente con los ritmos y los ciclos.

Por lo tanto el número es un lenguaje universal conocido por todos los pueblos, que siempre ha sido considerado como un símbolo revelado, capaz de sintetizar y ordenar el universo, y como un magnífico vehículo apto para establecer relaciones entre las cosas, entretejiendo los variados órdenes de la existencia y los escalonados mundos o planos de la realidad.

Aunque la sociedad moderna pareciera creer que los números fueran una invención humana, producto del progreso, muy útiles para hacer cálculos estadísticos, así como para medir, clasificar y en general contar objetos de toda índole, percibiendo a la serie numérica como una sucesión indefinida y horizontal -en una sola dimensión-, carente en absoluto de un significado, en las sociedades tradicionales, por el contrario, los números son concebidos como deidades ordenadoras, como intermediarios, portadores de energías e Ideas superiores que ellos mismos plasman en el cosmos entero.
  
Los números se corresponden de modo preciso con las figuras de la geometría y las notas musicales como hemos dicho, en perfecta armonía con las leyes de la Astrología y el orden del universo. 

Para conocer un poco más sobre este tema, les comparto el siguiente video.




miércoles, 6 de mayo de 2020

El Arte Real: La Vía Simbólica


  El símbolo es el intermediario entre dos realidades, una conocida y otra desconocida y por lo tanto el vehículo en la búsqueda del Ser, a través del Conocimiento. De allí que los distintos símbolos sagrados de las diferentes tradiciones -y por cierto también los símbolos naturales- se entretejan y se vinculen entre sí constituyendo una Vía Simbólica para la realización interior, a saber: para el Conocimiento, o sea el Ser, dada la identidad entre lo que el hombre es y lo que conoce.

Lo mismo es válido para los ritos que promueve este vídeo, comenzando por el estudio y la meditación y siguiendo por todos los ejercicios prácticos. Por eso es necesario que el estudiante tenga una visión lo suficientemente clara de la cosmogonía, de la arquitectura del universo que es reproducida en el hombre, para utilizar el modelo del Árbol de la Vida, llamado también Sefirót, ubicarlo y trascenderlo, mediante la aceptación de un Orden capaz de mostrarnos lo que está más allá de él. 

Nos estamos refiriendo a la movilización de todo nuestro ser, que los símbolos como intermediarios procuran, al viaje o navegación por las sutiles entretelas de la conciencia, a la sorpresa de percibir mundos nuevos que permanecían invisibles y sin embargo nos son familiares, hechos todos estos que promueven el proceso mágico de Iniciación, caracterizado por los grados de Conocimiento de otras realidades espacio temporales, o mejor dicho de otra forma de percibir la realidad. 

Lo metafísico, esa región desconocida y misteriosa, se manifiesta en el mundo sensible por intermediación del símbolo. Gracias a éste, es posible el Conocimiento para el ser humano; imágenes y símbolos nos permiten tomar conciencia del mundo que nos rodea, de lo que éste significa y de nosotros mismos.

Los símbolos sagrados, revelados, han sido depositados en todas las tradiciones verdaderas. Los sabios de distintos pueblos, por medio de la Ciencia y el Arte, han promovido siempre el conocimiento de esos mundos sutiles que los propios símbolos testimonian. Ellos permiten que aquellas realidades superiores toquen nuestros sentidos y posibilitan que el hombre, a partir de esta base sensible, se eleve a esas regiones que constituyen su aspecto más interno: su verdadero ser.

El símbolo plasma una fuerza, una energía invisible, una idea. Lo que él expresa y lo que contiene en su interior se corresponden en perfecta armonía. No debe nunca confundirse con la alegoría, ya que ésta se correlaciona más con sustituciones y suposiciones y por lo tanto carece de conexión clara con lo interno y verdadero. También es importante apuntar que los símbolos a que nos referimos no son meras convenciones inventadas por los hombres; ellos son "no humanos", se encuentran en la estructura misma del cosmos y el hombre. 

Al ser los intermediarios entre lo invisible y lo visible promueven la conciencia de mundos superiores y regiones supracósmicas. 

Es muy notable el hecho de que los símbolos principales se repitan de modo unánime en todos los pueblos de la tierra en distintos momentos y lugares. 

Muchas veces esta identidad es incluso formal, aunque, como ya se ha dicho, a menudo podremos encontrar símbolos de diferente forma pero idéntico significado. 

En todo caso, todos se corresponden con un arquetipo único y universal del que cada uno de esos pueblos ha extraído sus símbolos particulares.  

Los símbolos sagrados son capaces de revelar ese modelo único, a su Creador, y aún lo increado; pero a la vez velan esas realidades superiores y se cubren de un ropaje formal, aunque conservan siempre su aspecto interno e invisible.

Para una mejor comprensión de este interesante tema, les comparto el siguiente video:




sábado, 2 de mayo de 2020

Gnosis



Gnosis: Es tan antigua como el hombre y tan grande como el espacio mismo, pues encierra el contenido de toda la sabiduría y conocimientos múltiples de nuestro planeta, de los mundos, soles y galaxias que giran en sus rutas orbitales dentro del espacio sin límite.

Si bien es cierto que debemos tener en cuenta en cualquier Sistema Gnóstico sus elementos Helenísticos orientales, incluyendo Persia, Mesopotamia, Siria, India, Palestina, Egipto, etc., nunca deberíamos ignorar los principios Gnósticos perceptibles en los sublimes cultos religiosos de los Nahuas, Toltecas, Zapotecas, Mayas, Chibchas, Incas, Quechuas, de Indo-América.

Hablando muy francamente y sin ambagues diremos: "la Gnosis es un funcionalismo muy natural de la conciencia; una filosofía perennis et universalis".

En los Evangelios Esenios de Juan, los cuales recién ahora está conociendo la Cristiandad; como para conocimiento, los gentiles (los externos) le preguntaron a Jesús: “¿Maestro, cuáles son las leyes de la vida?” y Jesús respondió (sentado en medio de ellos): "En verdad os digo, nadie podrá ser feliz excepto aquel que siga la Ley", y los otros contestaron: "Todos cumplimos las leyes de Moisés, nuestro legislador, tal cual como están escritas en las Sagradas Escrituras" y Jesús les contestó: "No busquéis la Ley en nuestras escrituras, porque la Ley es divina mientras que las escrituras son muerte. 

En verdad os digo que Moisés no recibió las Leyes de Dios escritas pero sí de palabra viva. 

La Ley es la palabra viva del Dios vivo (El íntimo) para profetas vivientes, para hombres vivientes (resurrectos); en todo aquello que tenga vida está escrita la Ley, pero buscadla principalmente en vosotros mismos. 

Porque en verdad os digo, todas las cosas vivientes están más cerca a Dios que las escrituras que carecen de vida".

Para una mejor comprensión de este interesante tema, les comparto el siguiente video:



El Arte Real: Lo Exotérico y lo Esotérico


Todos los símbolos sagrados, tanto los expresados por la naturaleza como los adquiridos por los hombres mediante revelación divina, ya sean éstos gestuales, visuales o auditivos, numéricos, geométricos o astronómicos, rituales o mitológicos, macro o microcósmicos, tienen una faz oculta y una aparente; una cualidad intrínseca y una manifestación sensible, es decir, un aspecto esotérico y otro exotérico.

Mientras el hombre profano -que es tal por su estado caído- únicamente puede percibir lo exterior del símbolo, pues ha perdido la conexión con su origen mítico y su realidad espiritual, el iniciado más bien procura descubrir en él lo más esencial, lo que se encuentra en su núcleo interior, lo que no es sensible pero sí inteligible y cognoscible, la estructura invisible del cosmos y del pensamiento, su trama eterna, es decir, lo esotérico, que constituye también el ser más profundo del hombre mismo, su naturaleza inmortal.

Al tomar contacto e identificarse con esa condición superior de sí mismo y del Todo, constata que signos y estructuras simbólicas aparentemente diversas son sin embargo idénticas en significado y origen; que un mismo pensamiento o idea puede ser expresado con distintos lenguajes y ropajes sin alterarse en modo alguno su contenido único y esencial; que las ideas universales y eternas no pueden variar aunque en apariencia se manifiesten de modo cambiante.

Para una mejor comprensión de este interesante tema, les comparto el siguiente video:



El Arte Real: La Tradición Hermética


Las verdades eternas, conocidas unánimemente y expresadas por sabios de todos los tiempos y lugares, se plasmaron en Occidente en el pensamiento de culturas estrechamente interrelacionadas que en distintos momentos florecieron en regiones ubicadas entre Oriente Medio y Europa, durante esta cuarta y última parte del ciclo, a la que se ha llamado Kali Yuga o Edad de Hierro, y que siempre se vinculó con el Oeste.

Antiquísimos conocimientos patrimonio de la Tradición Unánime fueron revelados a los sabios egipcios, persas y caldeos. Ellos se valieron de la mitología y el rito, del estudio de la armonía musical, de los astros, de la matemática y geometría sagradas, y de diversos vehículos iniciáticos que permiten acceder a los Misterios, para recrear la Filosofía Perenne diseñando y construyendo un corpus de ideas que ha sido el germen del pensamiento metafísico de Occidente conocido con el nombre de Tradición Hermética, rama occidental de la Tradición Primordial. 

Hermes Trismegisto, el Tres Veces Grande, da nombre a esta tradición. En verdad, Hermes es el nombre griego de un ser arquetípico invisible que todos los pueblos conocieron y que fue nombrado de distintas maneras. Se trata de un espíritu intermediario entre los dioses y los hombres, de una deidad instructora y educadora, de un curandero divino que revela sus mensajes a todo verdadero iniciado: el que ha pasado por la muerte y la ha vencido.

Para una mejor comprensión de este interesante tema, les comparto el siguiente video:





Masonería Esóterica



El estudiante de la Masonería mística se ve enfrentado eternamente con un problema. Se le presenta bajo diferentes nombres. Se le ha hablado de él bajo muchos símbolos, pero, brevemente, puede ser definido como la purificación y liberación del cuerpo y el espíritu, del veneno de la cristalización y la materialidad. En otras palabras, él está buscando rescatar la vida enterrada entre las ruinas de su derruido templo y restaurarlo en su legítimo lugar como la nota clave de su arco espiritual.

Estudiando la Masonería antigua nos encontramos con las primeras revelaciones, que nosotros conocemos como las Enseñanzas de la Sabiduría. Al igual que otros grandes misterios, ellas consisten de soluciones a problemas de la diaria existencia. Podrá parecernos de muy poco uso para nosotros el estudio de esos antiguos símbolos abstractos, pero en su tiempo cada estudiante comprenderá que las cosas que ahora apartamos como sin valor, son las joyas que algún día necesitará. 

Como el centauro del zodíaco, el hombre está eternamente esforzándose en elevar la conciencia humana desde el cuerpo del animal; y en la escalera de tres peldaños de la Masonería, encontramos los tres grandes pasos que son necesarios para lograr esta liberación. 

Estas tres gradas son las tres grandes divisiones de la conciencia humana. Podemos, sucintamente, definirlas, como materialidad, intelectualidad y espiritualidad. Ellas también representan la acción en el peldaño inferior, la emoción en el del centro, y la mentalidad en el superior. 

Todos los seres humanos están haciendo el esfuerzo de llegar hacia Dios, subiendo por estas tres gradas que conducen a la liberación. Cuando nosotros unimos estas tres manifestaciones en un armonioso equilibrio, tenemos, entonces, el flamante triángulo. 

Los antiguos declararon que Dios, como el punto en el círculo, es incognoscible, pero que dan fe de su existencia sus tres manifestaciones - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Lo mismo es cierto con el hombre. Dios en cada uno de nosotros puede sólo manifestarse por sus tres manifestaciones; el Padre se manifiesta por medio de nuestros pensamientos, el Hijo por medio de nuestras emociones, y el Espíritu Santo por medio de nuestras acciones. 

Cuando armonizamos nuestros pensamientos, deseos y acciones, tenemos el triángulo equilátero. Cuando las energías vitales purificadas del hombre son irradiadas a través de esas tres manifestaciones, un halo llameante se agrega al triángulo, en cuyo centro está Dios - el incognoscible e impensable Uno; es el yod o llameante letra del alfabeto hebreo; el abismo que nadie puede conocer, pero del cual todas las cosas vienen. 

La vida de este desconocido emana hacia afuera a través del triángulo, el cual, en los grados superiores, esta rodeado por un halo de llamas. El halo es el alma construida por los transmutados pensamientos, acciones y deseos - el eterno triángulo de Dios.

Para una mayor comprensión de este interesante tema, les comparto el siguiente video:



LOS MUDRAS

  Los mudras son gestos o posiciones simbólicas de las manos, dedos o el cuerpo en la práctica espiritual y meditativa, principalmente en la...